Se quedaba dormida. Se quedaba dormida en la cápsula, en la cúspide, en la cúpula y en la cópula. Se quedaba dormida en los viajes de corta y larga distancia. En el taxi, en la disco, en la espera del dentista, en los finales de las películas, en las clases de natación, en los juegos al aire libre y en las citas nocturnas.
Dormía veinticinco horas al día, nueve días a la semana, siete semanas al mes, trece meses al año y más. Dormía... interrumpiendo el sueño ocasionalmente para comer o ducharse, para mirarse en el espejo las marcas que la almohada le dejaba en la cara y para desenroscarse los huesos de debajo de las frazadas.
Luego volvía a acostarse, a acurrucarse sobre su nube de plumas. Y si la llamaban por teléfono estaba durmiendo, si la pasaban a buscar para salir a cenar estaba haciendo la siesta y si la invitaban a tomar el té todavía no se había despertado.
Sentía fascinación por las vías del tren y sólo comprendió por qué cuando supo que se llamaban durmientes. Coleccionaba sueños de países imaginarios, de hombres inexistentes y de realidades ilusas que clasificaba en las páginas de un cuaderno que dejaba en la mesita de luz.
Se dormía con música, con ruido, con luz, con lluvia cayéndole sobre la cara o con los insectos del jardín libándole en los oídos. Se dormía incluso de pie, en la fila esperando el colectivo, sentada en las banquetas de los bares y acostada en la camilla de los consultorios médicos.
Era bella y era durmiente, por eso cuando se enamoró a la hora de la siesta de un soñador que encontró en un descanso inesperado, se fueron los dos volando al planeta de los sueños, fundidos en un abrazo y viajando en sábanas de luz, a dormir el sueño de los que viven soñando.
L.A
Dormía veinticinco horas al día, nueve días a la semana, siete semanas al mes, trece meses al año y más. Dormía... interrumpiendo el sueño ocasionalmente para comer o ducharse, para mirarse en el espejo las marcas que la almohada le dejaba en la cara y para desenroscarse los huesos de debajo de las frazadas.
Luego volvía a acostarse, a acurrucarse sobre su nube de plumas. Y si la llamaban por teléfono estaba durmiendo, si la pasaban a buscar para salir a cenar estaba haciendo la siesta y si la invitaban a tomar el té todavía no se había despertado.
Sentía fascinación por las vías del tren y sólo comprendió por qué cuando supo que se llamaban durmientes. Coleccionaba sueños de países imaginarios, de hombres inexistentes y de realidades ilusas que clasificaba en las páginas de un cuaderno que dejaba en la mesita de luz.
Se dormía con música, con ruido, con luz, con lluvia cayéndole sobre la cara o con los insectos del jardín libándole en los oídos. Se dormía incluso de pie, en la fila esperando el colectivo, sentada en las banquetas de los bares y acostada en la camilla de los consultorios médicos.
Era bella y era durmiente, por eso cuando se enamoró a la hora de la siesta de un soñador que encontró en un descanso inesperado, se fueron los dos volando al planeta de los sueños, fundidos en un abrazo y viajando en sábanas de luz, a dormir el sueño de los que viven soñando.
L.A
13 ★:
No me convence del todo la frase final. Se aceptan sugerencias.
Que hermosa historia
A mi me parece que la frase final esta perfecta (:
es precioso... ; )
...por eso cuando se enamoró a la hora de la siesta de un soñador que encontró en un descanso inesperado, soñaron soñando sonatas de almohadas y trenes, de brazos y hombros, de muros y vidrios con lluvia en las tejas, fundieron sus rieles de luz apagada y fueron los durmientes que el sueño anhelaba, volaron inermes, ilusos, inmensos, dieron con su sueño soñado sonata...
Es precioso..
(...) a dormir el sueño de los que viven despiertos.
QUE HERMOSURA DE RINCON AL QUE LLEGUÉ!*
Voy a seguir mezclandome con tus voces, un placer*
Papillon*
una pregunta lola
sabes por casualidad cuanto e sle precio en dolares de la universidad de palermo en la catedra de fotografia. si puedes conseguirlo porfa avisame.
ah y la historia el final no me agrada.
Mi sugerencia seria "que durmieran el sueño de lossoñadores eternos"
No se qué es lo que ves mal en el final. Aunque lo que veo es que queda un poquito descolgado, eso si. No seque sugerencia te pareciera.
Hola bella!
Que lindo que escribis que lo parió, me re gusta pasar por aca.
A mi me gusto todo, pero el final capaz lo dejaría onda "Era bella y era durmiente, por eso cuando se enamoró a la hora de la siesta de un soñador que encontró en un descanso inesperado, se fueron los dos volando, a dormir el sueño de los que viven soñando"
Igual dejame decirte que me siento re tupetitosa corrigiendote tu propio escrito, pero ya que nos diste permiso, opino, jaja.
Muero del frio.
Y a medida que iba leyendo, pensaba en mi bello durmiente, que te jurooooo, duerme MUCHO!!! jajaja, pero es bello bello.
BESOS LINDA!
Escribes muy bien, sabes meternos en las atmósferas de tus relatos.
Saludos
Sólo despertarán cuando les toque dormir el sueño eterno. Que amor perfecto puede llegar a salir de esos dos bellos durmientes. Un gran beso.
a unir sus corazones en la quietud de la profunda noche.
ensoñándome te leo........
(que bueno descubrir tus textos!)
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